Un ingeniero de AMD confirma que Microsoft trabaja en nuevo hardware Xbox con el chip Magnus APU. Sería una consola tipo PC con Zen 6 y RDNA 5, más potente pero mucho más cara.
La próxima consola de Xbox ya está en marcha, aunque puede que no se parezca a nada que hayamos visto antes. Una nueva filtración de un ingeniero de AMD confirmó que Microsoft sigue trabajando con la compañía en un nuevo hardware basado en la APU “Magnus”, un chip de próxima generación que podría redefinir la estrategia de Xbox.
La información llega poco después de que Microsoft desmintiera los rumores sobre la cancelación de su consola next-gen, reafirmando su compromiso con el desarrollo de dispositivos propios diseñados por Xbox. Sin embargo, lo que emerge de las filtraciones y los reportes es una visión distinta: el próximo sistema Xbox podría ser tan parecido a un PC como a una consola tradicional.
El proyecto “Magnus”: la base técnica del futuro de Xbox
Según el canal de tecnología Moore’s Law is Dead, un ingeniero de AMD reveló que la colaboración con Microsoft sigue en marcha y que el chip Magnus continúa en desarrollo activo. Este APU combina núcleos Zen 6 de CPU con arquitectura RDNA 5 de GPU, un salto técnico importante respecto a la generación actual.
El diseño modular de Magnus permitiría que múltiples fabricantes lo utilicen en distintos formatos, desde consolas tradicionales hasta dispositivos portátiles o híbridos de PC. Eso significa que Microsoft podría lanzar un sistema más cercano a una mini-PC o consola-PC híbrida, con compatibilidad completa con Windows 11 o una versión optimizada de su sistema operativo.
El ingeniero incluso aseguró que, internamente, el hardware fue denominado inicialmente como “proyecto Xbox”, pero su forma final podría variar. Una posibilidad es que adopte un enfoque similar al ROG Xbox Ally, el dispositivo portátil de ASUS con Windows y acceso directo a Game Pass, lo que sugeriría una estrategia multiplataforma más abierta que nunca.
Una consola más potente… y más cara
Las especificaciones filtradas por Moore’s Law is Dead y recogidas por Gizmodo apuntan a que el chip Magnus sería 46% más grande que el del supuesto PlayStation 6 “Orion”, lo que se traduce en un poder de procesamiento considerable. Con 11 núcleos Zen 6 y soporte para las últimas tecnologías de IA y reescalado gráfico FidelityFX Super Resolution 4 (FSR4), el próximo Xbox podría superar ampliamente a la competencia en rendimiento bruto.

Sin embargo, esa potencia tendría un costo: los analistas estiman que el nuevo hardware podría lanzarse con un precio entre 800 y 1.000 dólares, un salto significativo frente al precio de lanzamiento de la Xbox Series X (US$ 499). De confirmarse, Xbox estaría pisando terreno de PC gaming más que de consola doméstica.
A las filtraciones anteriores ahora se suma nueva información técnica procedente de un reporte de Notebookcheck. Según ese informe, el SoC Magnus contará con una GPU fabricada en el nodo TSMC N3P o N3C y un procesador de 11 núcleos híbridos (tres Zen 6 y ocho Zen 6c), además de una NPU dedicada a tareas de inteligencia artificial. El chip integraría hasta 68 unidades de cómputo (CUs) y un bus de 192 bits, lo que abriría la puerta a configuraciones con hasta 48 GB de memoria GDDR7 VRAM, aunque se considera más probable que la cifra final ronde los 24 GB.
Con un tamaño de dado de 408 mm² y un consumo que podría alcanzar los 350 W bajo carga completa, el Magnus sería uno de los chips más grandes y potentes jamás utilizados en una consola doméstica. Estas cifras lo colocan más cerca del rendimiento térmico y energético de una GPU de gama alta para PC, marcando un salto técnico sin precedentes en la historia del hardware de Xbox.
Microsoft, entre el cambio de modelo y la presión de los jugadores
El contexto no podría ser más tenso para la marca. Tras las recientes subas en los precios de Xbox Game Pass Ultimate y de las consolas actuales, muchos jugadores cancelaron sus suscripciones y criticaron el rumbo de la compañía. A eso se suma la pérdida de exclusividades: varios títulos antes propios de Xbox ya están disponibles en otras plataformas.
Con este panorama, la idea de un Xbox-PC premium parece responder a una estrategia de supervivencia y reestructuración. Microsoft ya experimenta con un “modo de pantalla completa” para Windows, pensado para ofrecer una interfaz más amigable al jugar, una señal de que la integración entre PC y consola será aún más profunda.
Aun así, sin juegos exclusivos o un entorno totalmente unificado, el nuevo hardware podría tener dificultades para convencer a los usuarios de permanecer dentro del ecosistema Xbox, sobre todo frente a un PlayStation 6 ya confirmado y un Nintendo Switch 2 cada vez más cercano.
¿Un renacimiento o un nuevo riesgo para Xbox?
Microsoft insiste en que sigue “invirtiendo activamente en consolas y dispositivos de nueva generación diseñados por Xbox”. Sin embargo, los analistas señalan que la compañía podría optar por fabricar distintos formatos en volúmenes más reducidos, en lugar de apostar todo a un único sistema masivo como en generaciones pasadas.
En cualquier caso, el Magnus APU parece ser la pieza clave del futuro del hardware Xbox. Su versatilidad permitiría a la marca experimentar con diferentes conceptos —desde consolas portátiles hasta centros de juego domésticos—, pero el desafío estará en mantener una identidad clara y competitiva en un mercado que se redefine rápidamente.
El próximo Xbox podría ser el puente definitivo entre PC y consola, o el punto de inflexión que marque el rumbo de toda la división de videojuegos de Microsoft.