Un informe asegura que la próxima PlayStation 6 llegará con lector de discos desmontable desde el lanzamiento. Sony buscaría abaratar costos y mantener viva la opción de los juegos físicos en plena transición digital.
La PlayStation 5 cumplirá cinco años en noviembre, y la conversación en la industria ya gira en torno a su sucesor. Mientras la actual generación atraviesa una etapa de revisiones, subidas de precio y ajustes de hardware, nuevos reportes apuntan a que Sony prepara una PS6 con un diseño modular y una unidad de disco opcional desde el lanzamiento.
De confirmarse, la decisión representaría la continuación de una estrategia que Sony ya probó con éxito en la segunda mitad de la vida útil de PS5. Además, marcaría un mensaje claro: en tiempos de incertidumbre económica y un mercado cada vez más inclinado hacia lo digital, los juegos físicos todavía tendrán un espacio en el futuro inmediato de PlayStation.
Una idea que viene de PS5
El reporte, publicado por Insider Gaming y recogido por múltiples medios, indica que la compañía planea comercializar la PS6 en dos configuraciones:
- Edición digital, sin unidad de disco, pensada como modelo más asequible.
- Edición tradicional, con el lector incluido desde el inicio.
En ambos casos, la clave será que el consumidor podrá añadir o reemplazar la unidad de disco de forma independiente, gracias a un diseño modular. Es la misma filosofía que Sony introdujo en 2023 con la revisión “slim” de PS5, y que reforzó en 2024 con la llegada de PS5 Pro, donde el lector pasó a ser un accesorio separado.
Según fuentes consultadas, el desempeño de esa estrategia en PS5 superó los objetivos internos, lo que dio confianza a la empresa para convertirla en estándar de su próxima consola.
Costos, logística y un mercado incierto
El movimiento no solo responde a la preferencia de los jugadores. Sony enfrenta un escenario de costos crecientes en fabricación y distribución, agravado por tensiones comerciales internacionales y tarifas arancelarias impulsadas por la administración de Donald Trump en EE. UU.
Reducir peso, simplificar diseños y optimizar el espacio de envío se ha convertido en prioridad. De hecho, se espera que la PS6 tenga un aspecto más sobrio y compacto que PS5, en contraste con la silueta imponente que caracterizó a la actual generación en su lanzamiento.
Los recortes ya se han visto en la propia línea PS5: desde la reducción de la SSD en la Digital Edition de 1TB a 825GB en Europa, hasta la reciente subida de precios de todas sus variantes en varios mercados.
Entre lo físico y lo digital
La industria del videojuego lleva tiempo avanzando hacia un ecosistema digital, y Sony no es ajena a esa transición. Sin embargo, la compañía todavía no se atreve a dar un salto definitivo hacia un futuro sin discos.
La razón está en la diversidad de mercados. Mientras que en regiones con buena conectividad la descarga digital es la norma, en países con infraestructuras limitadas los discos físicos siguen siendo esenciales. Además, el soporte a juegos físicos mantiene la retrocompatibilidad como un argumento de peso: si la PS6 hereda la arquitectura x86 de PS4 y PS5, un lector modular permitiría a los jugadores aprovechar colecciones enteras de Blu-ray ya existentes.
Exejecutivos como Shawn Layden han señalado en el pasado que la opción física es también un servicio al consumidor global, no solo un capricho nostálgico.
¿Una generación de transición?
El hecho de que la PS6 mantenga la compatibilidad con discos podría interpretarse como un compromiso temporal, mientras la compañía sigue preparando a su público para un futuro más digital. El informe incluso recuerda que el próximo hardware portátil de Sony no tendrá lector físico, lo que indica que el rumbo a largo plazo ya está trazado.
Por ahora, la nueva PlayStation busca ofrecer “lo mejor de ambos mundos”:
- La accesibilidad de un modelo digital más barato.
- La tranquilidad de que los coleccionistas y fans del formato físico aún tendrán soporte.
Conclusión
Aunque Sony aún no ha anunciado oficialmente la consola, los primeros detalles filtrados perfilan un PlayStation 6 pragmático y enfocado en la eficiencia. La modularidad de su unidad de disco sería tanto una medida de control de costos como un gesto hacia los jugadores que todavía confían en el soporte físico.
Si la información se confirma, el próximo PlayStation no solo marcaría un nuevo salto generacional, sino también un paso intermedio en la transición hacia un ecosistema cada vez más digital, donde lo físico se resiste a desaparecer… al menos por una generación más.