- Microsoft se enfrenta a tres importantes organismos reguladores por su intento de adquirir Activision Blizzard. Como parte del proceso, Microsoft ha revelado que Sony ha establecido acuerdos de «exclusión» para los juegos de terceros en PlayStation.
- Parece que Final Fantasy 7 Remake, Final Fantasy 16 y Silent Hill 2 Remake nunca llegarán a Xbox, a pesar del silencio de los editores asociados al respecto.
- Microsoft también mencionó Bloodborne, de From Software, como ejemplo de juego desarrollado por terceros que ha sido bloqueado en plataformas distintas de PlayStation, lo que podría implicar que el tan solicitado port para Windows PC también queda descartado. Sin embargo, Sony se ha mostrado más amistosa con el PC en los últimos años.
El drama en torno a la adquisición de Activision Blizzard se recrudece a medida que Microsoft intensifica su compromiso con los reguladores.
Ayer, Microsoft publicó su respuesta a la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos sobre su demanda, en la que criticaba su extraña postura de querer proteger al líder del mercado por encima de los consumidores. Microsoft también publicó una respuesta similar a la CMA del Reino Unido hace un par de meses y, al parecer, confirmó que lo que muchos ya esperábamos era cierto.
Cuando se anunció Final Fantasy VII Remake, se reveló como una exclusiva temporal, con una cuenta atrás que indicaba el tiempo que permanecería en exclusiva para PlayStation. Esto llevó a muchos fans de Xbox a pensar que FF7R acabaría llegando a la consola de Microsoft, pero, por desgracia, no ha sido así. Parece que los periodos de «exclusividad programada» de Square Enix sólo afectan a las versiones para PC de sus juegos, ya que FF7R ya está disponible en Steam para Windows.
En caso de que te lo hayas perdido, Microsoft lo ha confirmado en su respuesta al regulador británico, afirmando que Sony ha establecido acuerdos de exclusión permanente para juegos como Bloodborne, Final Fantasy XVI y el próximo remake de Silent Hill 2.
«Además de tener contenido exclusivo, Sony también ha llegado a acuerdos con editores externos que exigen la «exclusión» de Xbox del conjunto de plataformas en las que estos editores pueden distribuir sus juegos. Algunos ejemplos destacados de estos acuerdos son Final Fantasy VII Remake (Square Enix), Bloodborne (From Software), el próximo Final Fantasy XVI (Square Enix) y el recientemente anunciado Silent Hill 2 remasterizado (Bloober team).»
Aunque ha habido algunas esperanzas de que Final Fantasy 7 Remake y Final Fantasy 16 lleguen finalmente a Xbox, parece que este párrafo de la declaración presentada en octubre ante la CMA, que a menudo se pasa por alto, puede poner el último clavo en el ataúd. Silent Hill 2 se lanzará en PC junto a PS5 con un periodo de exclusividad de 12 meses, pero este pasaje pone otro interrogante sobre si Silent Hill 2 llegará o no a Xbox.
Final Fantasy 7 Remake es una excelente reinvención del clásico JRPG de los 90, con una mecánica de combate contagiosa y docenas de horas de exploración nostálgica. Final Fantasy 16 también tiene una pinta excelente, y Silent Hill 2 Remake, de Bloober Team, será un proyecto fascinante, dado el estatus legendario de la franquicia. Sin embargo, es posible que Xbox no reciba ninguno de ellos, lo que refuerza el argumento de Microsoft en lo que respecta a los contenidos exclusivos.
Microsoft reconoció en el mismo escrito de la CMA que las estrategias de exclusividad no son infrecuentes. Por supuesto, Microsoft ha participado en acuerdos similares en el pasado, aunque no tanto recientemente. Juegos como Ryse y Sunset Overdrive de la anterior generación de Xbox One podrían compararse con el acuerdo de Sony para Bloodborne, por ejemplo. En general, Microsoft no ha firmado acuerdos con terceros que impidan a las plataformas competidoras disfrutar de franquicias que ya existían en otras plataformas. Rise of the Tomb Raider fue una breve exclusiva temporal para Xbox, y Microsoft fue criticada en la prensa especializada por haberse atrevido a aceptar un acuerdo de este tipo, algo que Sony hace ahora impunemente, sin que nadie lo critique.
A fin de cuentas, Sony está haciendo lo correcto para sus clientes y accionistas, y la admisión de Microsoft de que juegos como Elder Scrolls VI y Starfield serán totalmente exclusivos de Xbox refleja la importancia de los contenidos exclusivos. Los reguladores no argumentarían (o al menos no deberían) que Netflix o Disney+ necesitan intercambiar contenidos entre sí de forma gratuita. Sería estupendo que todos los contenidos estuvieran disponibles en una sola plataforma por comodidad, pero si sólo existiera una, ¿quién sabe lo altos que acabarían siendo los precios? La competencia es lo que hace bajar los precios, la competencia es lo que inspira la innovación en nuevas funciones, mayor calidad y nuevas tecnologías.
Los acuerdos de exclusividad de Sony son una prueba más de que Microsoft debería poder adquirir Activision Blizzard. Y claro, los contratos pueden expirar, los acuerdos pueden cambiar con el tiempo, pero al menos por el momento, parece que Xbox va a estar excluida de Final Fantasy y muy posiblemente de Silent Hill 2 en un futuro próximo.
Para que Microsoft pueda competir con Nintendo y Sony, necesita más de esas grandes franquicias bajo su bandera, y para los consumidores, incluirlas en Xbox Game Pass es el tipo de valor que solo la competencia puede ofrecer. La extraña complacencia de los reguladores con el statu quo está perjudicando literalmente a la competencia, algo que se supone que deben fomentar.