Sony también está considerando la posibilidad de abrir la fabricación en EE.UU., algo que el Gobierno estadounidense ha expresado como uno de sus principales objetivos.
Al parecer, Sony está considerando aumentar el precio de la PS5 en respuesta a los aranceles impuestos por EE.UU. a países extranjeros, que afectan especialmente a los sectores tecnológicos. Además, la compañía también está sopesando la posibilidad de fabricar las consolas en EE.UU. para evitar las cargas fiscales que suponen los aranceles.
Este conjunto de nuevas informaciones llega por cortesía de una llamada de resultados de la compañía, en la que el director financiero de Sony, Lin Tao, expresó a los inversores su intención de empezar a «repercutir» el aumento de los costes a los consumidores para evitar cualquier impacto desastroso en los ingresos de la empresa. Tao no menciona directamente la PS5, pero dado que la consola ha visto incrementado su precio en territorios como Europa, no resulta inverosímil.
Cabe señalar que en un informe financiero publicado hoy mismo, los datos muestran que Sony registró una pérdida tanto en ventas como en ingresos en su sector de servicios de juegos y redes. En ese mismo informe, se afirma (en la página 11) que Sony prevé un descenso de las ventas de hardware y que el impacto de los tipos de cambio podría provocar un descenso del 8% en los ingresos interanuales de ese departamento en 2025. Ni que decir tiene que esto son malas noticias para Sony, aunque la empresa también señala que un aumento de las ventas de juegos first party y de los complementos (DLC) podría ayudar a amortiguar un poco el golpe.
PS5 ha vendido 77,8 millones de unidades en total desde su lanzamiento en noviembre de 2020
Pero aquí hay un punto interesante que merece la pena destacar. En la mencionada conferencia de resultados, el presidente de Sony, Hiroki Totoki, habló de la posibilidad de fabricar la PS5 en EE.UU., como forma de eludir los aranceles estadounidenses a la tecnología. Afirmó que hacerlo sería «una estrategia eficiente» que la compañía estaba considerando. Si esto ocurriera, sería un ejemplo de que los aranceles estadounidenses funcionan según lo previsto, animando a las empresas a trasladar la fabricación y otros negocios dentro de las fronteras de EE.UU., creando puestos de trabajo y desplazando la economía estadounidense más hacia la producción que hacia una economía de servicios. Sin embargo, el coste de todo esto podría ser el encarecimiento de la PlayStation, así que si esta pequeña parte de una política económica mucho más amplia merece o no la pena para que tu cartera se aligere, es algo que debes decidir tú mismo.
Esta noticia llega poco después de que Microsoft anunciara su propia subida de precios tanto en software como en hardware, así que no es como si Sony estuviera haciendo esto en el vacío. Si Sony está o no más abierta a la idea de subir el precio del hardware de los juegos porque Microsoft se ha adelantado, sigue siendo un misterio, pero es seguro decir que, al menos a corto plazo, los jugadores estadounidenses pueden esperar que las cosas sean mucho más caras en todos los ámbitos.
Casi 5 años después, las ventas de PS5 están a la par con las de PS4
En sus últimos resultados, que cubren los tres meses que finalizaron el 31 de marzo de 2025, Sony dijo que vendió unos 2,8 millones de consolas PlayStation 5, para un total de 18,5 millones para el año fiscal (por debajo de los 20,8 millones).
Esto significa que PS5 ha vendido 77,8 millones de unidades en total desde su lanzamiento en noviembre de 2020, poco más de un millón de unidades menos que PlayStation 4 en el mismo periodo de su ciclo de vida.
Esa cifra viene con la salvedad de que PS5 sufrió importantes problemas de stock durante la pandemia, y PS4 también era significativamente más barata que lo es PS5 actualmente.
Cinco años después de su lanzamiento, una PS4 estándar podía adquirirse por tan solo 200 dólares (256 dólares ajustados a la inflación), mientras que el precio de PS5 ha aumentado desde su lanzamiento, situándose en 450 dólares.
PlayStation 4 llegó a vender 117 millones de unidades, lo que la convierte en la segunda consola más vendida de Sony, por detrás de PlayStation 2 (160 millones).
De cara al año fiscal en curso, Sony ha declarado que espera vender menos consolas PlayStation 5, en torno a 15 millones de unidades, lo que supondría una ligera ventaja para PS4, que en el mismo periodo alcanzó los 17,8 millones de unidades. Sin embargo, espera un aumento en las ventas de juegos first-party, con Ghost of Yotei, Death Stranding 2 y Marathon que saldrán este año.
Las previsiones de ventas de PS5 para el presente ejercicio se verán sin duda afectadas por el reciente retraso de Grand Theft Auto 6 a mayo de 2026. David Cole, consejero delegado de DFC Intelligence, comentó: «El retraso de GTA VI es un verdadero golpe para la PS5. Se suponía que este iba a ser el producto que haría que muchos consumidores dejaran la PS4 y se pasaran a una PS5.»
