Phil Spencer, CEO de Microsoft Gaming, confirmó en entrevista con Famitsu que la próxima consola Xbox será un producto de primera mano de Microsoft. El directivo adelantó pistas sobre un futuro híbrido inspirado en el ROG Xbox Ally, mientras la compañía enfrenta presiones financieras y busca redefinir qué significa “nueva generación”.
Han sido semanas complicadas para Xbox. Tras la polémica por el aumento de precios de Game Pass y los recortes en varios estudios, surgieron rumores de que Microsoft podría abandonar el negocio de consolas. Sin embargo, en una entrevista con Famitsu, Phil Spencer dejó claro que la compañía sigue comprometida con el hardware: “El próximo hardware que Microsoft anunciará como first-party será la próxima consola”, afirmó el directivo.
La declaración llega después de que Spencer tuviera que tranquilizar a los fans, asegurando que Xbox no estaba retirando stock de minoristas como Target o Walmart, ni planeaba abandonar el mercado de consolas.
Las palabras de Spencer respaldan lo dicho días antes por Sarah Bond, presidenta de Xbox, quien en entrevista con Mashable adelantó que la próxima consola sería “una experiencia muy premium, muy de alta gama y cuidadosamente diseñada”.
Aunque Spencer no dio una fecha de lanzamiento, la historia de Xbox sugiere un ciclo de unos siete años por generación. Si se mantiene ese patrón, la nueva consola podría llegar entre 2027 y 2028.
El directivo también ofreció pistas sobre el rumbo de la plataforma, señalando al ROG Xbox Ally, el dispositivo portátil desarrollado junto a ASUS, como un anticipo de lo que vendrá: “Queremos prestar atención a cómo este producto insinúa la evolución de la plataforma de software de Xbox en el futuro, conectando todos los dispositivos en un mismo punto”.
Esto sugiere que la próxima Xbox podría adoptar un enfoque híbrido, ejecutando la experiencia Xbox sobre Windows y permitiendo a los jugadores llevar su biblioteca nativa de Xbox al PC. Una visión que encaja con la estrategia de “jugar en cualquier lugar”, donde los progresos y partidas guardadas acompañan al usuario sin importar el dispositivo.
La presión de la rentabilidad
El futuro de Xbox no solo depende de la innovación tecnológica, sino también de la presión financiera. Según un informe de Jason Schreier citado por Windows Central, la CFO de Microsoft, Amy Hood, ha fijado un objetivo interno de 30% de margen de beneficio para la división de juegos, una cifra muy superior al promedio de la industria (10–20%).
Para alcanzar ese nivel, Xbox tiene dos caminos: gastar menos o cobrar más. Los jugadores ya han visto señales de esto con las subidas de precio de Game Pass y la posibilidad de que los juegos de lanzamiento alcancen los 80 dólares.
Este contexto también explica los cierres de estudios, la cancelación de proyectos y la estrategia de llevar títulos de Xbox a PlayStation, una forma rápida de generar ingresos adicionales y compensar los costes crecientes.
Qué significa para los jugadores
De acuerdo con lo expresado por Bond y Spencer, Xbox busca redefinir el concepto de “nueva generación”. La apuesta parece centrarse en la integración entre dispositivos, el diseño premium y la experiencia fluida sin importar la plataforma.
El reto será equilibrar esa visión con la realidad financiera. Existe la posibilidad de que la próxima Xbox se venda con beneficios desde el inicio, algo poco común en la industria, especialmente si soporta otras tiendas como Steam.
Si Xbox logra ofrecer un hardware realmente potente y mantener el precio por debajo de los 1.000 dólares, podría convertirse en una alternativa muy atractiva para una gran parte del público. Hoy en día, actualizar un PC con una tarjeta gráfica como la GTX 1080 supone una inversión considerablemente mayor si se busca una modernización completa del equipo. En ese contexto, una Xbox híbrida que combine la experiencia de consola con la versatilidad de un ordenador de juegos capaz no solo tendría sentido, sino que podría posicionarse como una opción más accesible y práctica frente al costoso salto a un PC de última generación.
Si logra ofrecer especificaciones potentes y mantener el precio por debajo de los 1.000 dólares, podría convertirse en una opción atractiva frente a la actualización de un PC de gama media. Un dispositivo híbrido que combine consola y ordenador de juegos tendría sentido para muchos usuarios.
Un momento decisivo para la marca
El panorama actual coloca a Xbox en un punto crítico. Para algunos analistas, la compañía ya ha pasado su “momento de todo o nada”. Para otros, aún queda margen para redefinir su papel en la industria.
Lo cierto es que la próxima consola será clave: no solo marcará el rumbo de Xbox en hardware, sino que también pondrá a prueba la viabilidad de su estrategia multiplataforma y de integración total.
Según Windows Central, el mensaje de Spencer es claro: Xbox no abandona el hardware, pero su futuro será diferente al que conocimos en generaciones pasadas.












