4 razones para seguir usando Windows 10 después del fin de soporte oficial

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Windows 10 se acerca al fin de su soporte, pero sigue ofreciendo estabilidad, compatibilidad y control frente a un Windows 11 más restrictivo.


Con el final del soporte de Windows 10 a la vuelta de la esquina, muchos usuarios se enfrentan a una decisión complicada: ¿dar el salto definitivo a Windows 11 o resistir un poco más con el sistema operativo que ha acompañado la última década? Microsoft está presionando fuerte para que todos migren, ya sea mediante actualizaciones o comprando equipos nuevos, pero no todos estamos convencidos de que ese sea el camino correcto.

En mi caso, no se trata solo de temas técnicos como la compatibilidad de hardware o la personalización de la interfaz. Windows 10 me sigue ofreciendo algo que valoro mucho: un equilibrio sólido entre rendimiento, estabilidad y usabilidad. Y mientras ese balance siga siendo mejor que lo que obtengo en Windows 11, pienso quedarme con él el mayor tiempo posible.


4 razones por las que quiero seguir usando Windows 10

A continuación, explico las principales razones por las que Windows 10 sigue siendo mi elección, incluso con su retiro oficial a la vista.


1. Compatibilidad con hardware

Una de las mayores ventajas de Windows 10 es su amplio rango de compatibilidad con equipos antiguos y modernos. Puede correr en máquinas de hace más de una década sin demasiados problemas, mientras que Windows 11 ha levantado una muralla de requisitos bastante estrictos: TPM 2.0, Secure Boot y procesadores relativamente recientes.

Esto significa que PCs que todavía funcionan perfectamente —equipos de oficina, laptops personales o incluso máquinas de gaming que siguen siendo competentes— quedan automáticamente descartadas del salto a Windows 11. Y aunque existen métodos alternativos para instalarlo en hardware no soportado, la experiencia no está garantizada.

De hecho, desde Windows 11 versión 24H2, Microsoft añadió un requisito adicional: el procesador debe soportar la instrucción POPCNT (Population Count). Esto deja fuera a muchos chips fabricados antes de 2007, incluso si cumplen con los demás requisitos. En la práctica, esto convierte a Windows 10 en la única opción viable para muchísimos dispositivos que todavía tienen vida útil.


2. Interfaz y personalización

Windows 10 también brilla en un aspecto que para muchos es fundamental: la flexibilidad de la interfaz.

El menú de inicio fue uno de sus grandes aciertos, combinando lo mejor de Windows 7 con elementos de Windows 8. Aunque los Live Tiles terminaron convertidos en iconos estáticos, la experiencia se mantuvo funcional: podías redimensionar el menú, usarlo en pantalla completa o simplemente navegar con fluidez gracias a su diseño alineado a la izquierda.

La barra de tareas era igual de versátil. Se podía mover a cualquiera de los bordes de la pantalla, redimensionar sin complicaciones y personalizar casi sin límites. Los menús contextuales eran completos y claros, con todas las opciones disponibles de inmediato, sin la molesta necesidad de hacer clic en “Mostrar más opciones” como ocurre en Windows 11.

En comparación, Windows 11 presenta una interfaz más rígida. Aunque su barra de tareas luce moderna, sus opciones son limitadas; el menú de inicio está centrado por defecto y cuesta más adaptarlo al flujo de trabajo de cada usuario. Los menús simplificados pueden ser bonitos, pero entorpecen la productividad de quienes necesitan un acceso directo a todo.


3. Sin exceso de inteligencia artificial

Windows 10 sigue siendo un sistema operativo bastante “limpio” en lo que respecta a la inteligencia artificial. Sus únicas integraciones reales se limitan a Microsoft Edge y a la aplicación opcional de Copilot, ambas fáciles de desinstalar o desactivar si no las quieres en tu equipo. Esto le da al usuario una mayor sensación de control y privacidad, sin funciones corriendo en segundo plano que no hayas pedido.

Windows 11, en cambio, va en dirección opuesta: cada actualización suma nuevas funciones de IA. Y aunque muchas de ellas dependen de hardware específico como una NPU (Neural Processing Unit), lo más probable es que tu próximo PC sí las active todas de manera predeterminada. Hablamos de características como Windows Recall, Click to Do, asistentes integrados en la configuración y la presencia del Windows Copilot Runtime, que abre la puerta a que aplicaciones de terceros aprovechen la IA a nivel del sistema.

Esto puede sonar atractivo en términos de innovación, pero no todos los usuarios quieren tanta dependencia de la IA dentro del sistema operativo. Para quienes valoran la simplicidad y la privacidad, Windows 10 sigue siendo la opción menos invasiva.

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4. Familiar y estable

Después de casi una década en el mercado (desde 2015), Windows 10 ha pasado por innumerables actualizaciones que han pulido su rendimiento y eliminado la mayoría de los problemas graves. Eso lo ha convertido en un sistema confiable y predecible, algo muy valorado tanto en entornos domésticos como empresariales.

La interfaz también juega un papel clave: para usuarios que llevan años en Windows, la experiencia de Windows 10 es más familiar e intuitiva, mientras que Windows 11 introduce cambios que pueden sentirse como un retroceso. El menú de inicio centrado y la barra de tareas menos personalizable generan críticas frecuentes. Funciones como la barra multirenglón o la posibilidad de moverla a cualquier borde de la pantalla en Windows 10, siguen siendo muy extrañadas.

Windows 11, aunque más moderno en apariencia, todavía arrastra bugs y comportamientos inconsistentes, propios de un sistema que sigue evolucionando. Incluso los cambios que Microsoft planea, como la fusión de “Anclados” y “Todas las apps” en un único listado desplazable dentro del menú de inicio, dividen a los usuarios: para algunos simplifica, para otros complica la experiencia.

En definitiva, Windows 10 ofrece un terreno firme, algo que Windows 11 aún no logra igualar del todo.


¿Qué viene después para Windows 10?

Aunque Windows 10 sigue siendo un sistema operativo muy popular, la realidad es que el 14 de octubre de 2025 llegará el fin del soporte para las ediciones Home y Pro. Esto significa que no habrá más actualizaciones de seguridad, mejoras de estabilidad ni soporte técnico oficial. Llegado ese punto, los usuarios tendrán que tomar una decisión: dar el salto a Windows 11 o buscar alternativas para seguir con Windows 10.

La opción más lógica, sobre todo en materia de seguridad, es actualizar a Windows 11. Pero si prefieres quedarte en Windows 10, Microsoft ofrece una salida: el programa Extended Security Update (ESU), que extiende las actualizaciones críticas de seguridad por un año más, hasta octubre de 2026.

El programa tiene un costo de 30 dólares (o su equivalente en tu región), aunque también puedes acceder mediante 1000 puntos de Microsoft Rewards o incluso de forma gratuita si utilizas OneDrive para respaldar tus archivos en la nube.

El proceso de inscripción se hace desde Configuración > Actualización y seguridad > Windows Update, donde aparecerá la opción “Enroll now” debajo del botón de “Buscar actualizaciones”. Eso sí, es obligatorio iniciar sesión con una cuenta de Microsoft.

Microsoft todavía está desplegando gradualmente esta función, así que es posible que tarde en estar visible en todos los equipos.


Windows 10 frente a Windows 11: la decisión final está en tus manos

Windows 10 está llegando a su recta final, pero eso no significa que pierda su valor. Para millones de usuarios, sigue siendo la combinación perfecta de estabilidad, compatibilidad y control, frente a un Windows 11 que aún genera división.

Ahora la decisión está en tus manos: ¿prefieres actualizarte a Windows 11 para tener soporte oficial y acceso a lo último, o aprovechar el ESU para seguir exprimiendo Windows 10 un poco más?

¿Y tú? ¿Qué piensas hacer cuando llegue octubre de 2025?


Eneba
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Marco (T1). Con más de 8 años de experiencia en la creación de contenido, soy cofundador, autor y editor de Tecnobits.net, un sitio dedicado a todo lo relacionado con la tecnología y el gaming. A lo largo de los años, me he especializado en cubrir temas como PC, hardware, consolas retro, dispositivos móviles (especialmente Android), criptomonedas como Bitcoin, blockchain, inteligencia artificial (IA), y más. Mi pasión por el mundo tecnológico me ha llevado a ofrecer análisis detallados y noticias actualizadas, siempre con un enfoque técnico y accesible para todos los lectores.

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En mis ratos libres, probablemente estoy jugando a Like a Dragon: Infinite Wealth.

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