La minería de Bitcoin está prosperando en Rusia, a pesar de las sanciones internacionales impuestas al país tras su invasión de Ucrania en 2022. Este repunte se debe a la afluencia de máquinas de minería de fabricantes como Bitmain y MicroBT, cuya expansión está impulsada por un mercado estadounidense saturado, informa CoinDesk.
Rusia ha ocupado una posición dominante en la tasa mundial de hash de Bitcoin debido a su energía barata y su clima frío, que facilita en cierta medida la refrigeración de los centros de datos de minería. Además, la prohibición de la minería de criptomonedas por parte de China en 2021 impulsó aún más el hashrate de Rusia, convirtiéndola en una de las mayores industrias mineras del mundo. Ahora que el mercado estadounidense está saturado de máquinas mineras de Bitmain y MicroBT, se están enviando más máquinas a Rusia que a cualquier otro mercado, según Ethan Vera, COO de Luxor Technologies.
El auge de la industria minera rusa contrasta con su difícil economía, que se ha visto afectada por las severas sanciones impuestas por Occidente. Estas sanciones no prohíben totalmente la participación en el sector minero, aunque presentan «riesgos significativos», según David Carlisle, vicepresidente de política y regulación de la empresa de análisis de blockchain Elliptic. Las empresas mineras extranjeras no pueden realizar negocios con entidades sancionadas ni efectuar pagos a bancos y empresas estatales, lo que dificulta la instalación de centros de datos en el país. Además, estas empresas también se enfrentan a posibles riesgos para su reputación dado el actual clima geopolítico.
La subida del precio de Bitcoin, unida a una mayor actividad en la blockchain de Bitcoin impulsada por proyectos como Ordinals, han creado un entorno favorable para la minería. Algunos factores hacen que Rusia sea especialmente competitiva en lo que respecta a la minería. En primer lugar, el aumento del escrutinio normativo y de la presión fiscal en EE.UU. y otros países los hacen menos atractivos para la minería. En segundo lugar, los cambios en el entorno normativo de Kazajstán, que limitan la cantidad de electricidad disponible para la minería de Bitcoin, hicieron que algunos mineros se alejaran de Kazajstán, posiblemente a Rusia. En tercer lugar, los costes energéticos en Rusia son significativamente más bajos que en otros lugares. Los precios actuales para la instalación de máquinas en un centro de datos de colocación se sitúan entre 0,05 y 0,055 dólares por kWh en Rusia, significativamente más bajos que los precios estadounidenses, que rondan los 0,08 dólares por kWh.
El Cryptocurrency Mining Group (CMG) sugiere que Rusia será el único país capaz de acelerar significativamente el crecimiento de la tasa de hash debido a estas condiciones.
Fabricantes de equipos de minería como Bitmain y MicroBT están aprovechando la oportunidad que ofrece el floreciente sector ruso. Ambas empresas están ampliando supuestamente su presencia en el mercado ruso, prestando servicios posventa como mantenimiento y reparaciones a los mineros locales, aunque sin confirmarlo oficialmente.
A pesar de las tensiones geopolíticas y las sanciones, los mineros rusos y sus clientes internacionales siguen impertérritos. Estas sanciones pueden incluso haber impulsado inadvertidamente la industria minera rusa, ofreciendo una fuente de ingresos alternativa a los productores de energía afectados por la recesión económica y facilitando la conversión de rublos rusos a Bitcoin, que puede comercializarse en todo el mundo. A pesar de las posibles dudas de los mineros europeos y estadounidenses, los mineros chinos están dispuestos a llenar cualquier vacío, aprovechando el próspero mercado ruso y las estrechas relaciones de China con Rusia.
Pero el cielo no es completamente azul para el sector minero ruso, ya que las empresas que trabajan en Rusia o con entidades rusas pueden ser sancionadas por el gobierno estadounidense.
Tras la invasión de Ucrania, el gobierno estadounidense impuso sanciones a BitRiver, el mayor proveedor de hosting de Rusia y un actor clave en la industria minera, lo que supuso el primer caso de una entidad minera objeto de sanciones estadounidenses. Las secuelas de esta decisión han dejado a empresas, como la minorista Compass Mining, en la incertidumbre sobre cómo gestionar sus equipos. Obviamente, hacer negocios con una entidad sancionada como BitRiver presenta riesgos considerables para las empresas.