Rumores sobre el fin de Xbox como fabricante de consolas se propagaron en redes sociales, pero Microsoft confirma que sigue invirtiendo en hardware de nueva generación junto a AMD.
Durante la madrugada del domingo 5 de octubre, comenzaron a circular en foros y redes sociales rumores que aseguraban que Microsoft había decidido abandonar la fabricación de consolas Xbox para centrarse únicamente en el juego en la nube. El sitio TweakTown fue uno de los primeros en recoger estas especulaciones, que rápidamente se amplificaron en X (antes Twitter) y en distintos medios especializados.
El contexto hacía que la noticia pareciera verosímil: apenas unos días antes, Microsoft había anunciado un aumento del 50% en el precio de Xbox Game Pass Ultimate, una medida que ya había generado un fuerte rechazo entre los jugadores y un clima de desconfianza hacia la marca. En ese escenario, la idea de que Xbox renunciara a su hardware no parecía tan descabellada.
Sin embargo, el periodista Jez Corden, de Windows Central, desmintió los rumores pocas horas después. Según explicó en su artículo, fuentes de confianza le confirmaron que los planes de hardware de Xbox no han cambiado y que la compañía sigue comprometida con el desarrollo de nuevas consolas.
Microsoft aclara: “Estamos invirtiendo en futuras consolas”
En una actualización publicada el mismo 5 de octubre, Microsoft emitió un comunicado oficial que respalda lo adelantado por Corden: “Estamos invirtiendo activamente en nuestras futuras consolas y dispositivos de primera mano diseñados, desarrollados y fabricados por Xbox. Para más detalles, la comunidad puede revisar nuestro anuncio de colaboración con AMD”.
Este mensaje refuerza lo que ya se había señalado meses atrás, cuando tanto Sarah Bond, presidenta de Xbox, como Lisa Su, CEO de AMD, confirmaron que ambas compañías trabajan en el silicio que dará vida a la próxima generación de consolas. Según Corden, la producción de Xbox Series X|S continúa con normalidad y se espera que nuevo stock llegue a los minoristas en su ritmo habitual.
Cómo se originó la confusión
De acuerdo con el análisis de Jez Corden, el rumor surgió en foros de videojuegos, donde se sugirió que Xbox estaba reevaluando su estrategia de hardware y que su futuro dependía más de franquicias clave como Call of Duty, Forza Horizon o World of Warcraft que de nuevas consolas. Estas afirmaciones fueron reinterpretadas y amplificadas hasta convertirse en titulares que aseguraban que Microsoft había cancelado sus planes de hardware.
La especulación ganó fuerza porque coincidía con un momento delicado para la marca: subidas de precios en Game Pass, despidos masivos durante el verano y la retirada de consolas Xbox de algunos minoristas como Costco. Todo ello alimentó la percepción de que la compañía estaba perdiendo interés en su negocio de hardware.
Una estrategia marcada por la inconsistencia
En su artículo, Corden advierte que, aunque Microsoft haya desmentido los rumores, el verdadero problema es la falta de confianza en la dirección de Xbox. En los últimos años, la compañía ha tomado decisiones que muchos fans consideran erráticas, desde la cancelación de proyectos como la consola en la nube “Keystone” hasta la apuesta por licenciar la marca Xbox a fabricantes externos con dispositivos como la portátil Xbox Ally.
El periodista recuerda que la última gran crisis de confianza se vivió en 2013, con la polémica presentación de Xbox One. Hoy, más de una década después, la sensación de desconexión entre la compañía y su comunidad vuelve a estar presente.
El valor de Game Pass y la percepción de los jugadores
Hasta ahora, el gran argumento de Xbox había sido Game Pass, considerado “el mejor trato en gaming” gracias a su catálogo y a los estrenos en día uno. Pero con la reciente subida de precios, incluso ese pilar comienza a tambalearse. Para muchos jugadores, pagar 30 dólares al mes por Ultimate rompe la promesa de accesibilidad que definía al servicio.
En este contexto, no sorprende que los rumores sobre el fin del hardware hayan calado tan rápido. Aunque Microsoft los haya desmentido, la credibilidad de la marca se resiente cuando las decisiones parecen guiadas más por objetivos financieros a corto plazo que por la experiencia del jugador.
Un futuro aún incierto
Por ahora, Xbox sigue comprometida con el desarrollo de nuevas consolas y con su alianza con AMD para la próxima generación. Pero la rapidez con la que los rumores se propagaron refleja un problema mayor: la falta de confianza en la visión a largo plazo de Microsoft en el sector del gaming.
Como concluye Jez Corden, en una industria impulsada por la pasión y la fidelidad de los jugadores, la percepción lo es todo. Y aunque hoy Xbox haya aclarado que no abandona el hardware, la pregunta que muchos se hacen es si mañana la historia podría ser distinta.
