Invertir en los mercados financieros puede ser una montaña rusa emocional y el mercado de bitcoins no es una excepción.

Cuando se trata de inversiones, las emociones humanas tienden a oscilar entre dos extremos – el miedo y la codicia – y el constante acto de equilibrio entre ambos crea un ciclo de emociones de mercado.

Durante años, tanto los operadores como los inversores han estudiado el ciclo de las emociones del mercado con la ayuda de un gráfico conocido como «Wall Street Cheat Sheet«.

Como se ve arriba, en la parte superior del ciclo del mercado se encuentra la «euforia«, un punto de máximo riesgo financiero.

Este es el momento en que los inversores piensan que nada puede salir mal y se establece un ciclo de autoalimentación: más inversores entran en el mercado por sus rendimientos estelares, lo que lleva a una nueva subida de precios y las valoraciones alcanzan alturas vertiginosas antes de que, finalmente, la realidad muerda con fuerza.

El mercado de criptodivisas se vio afectado por la euforia en el último trimestre de 2017. Los precios de Bitcoin subieron de $6.000 a $20.000 en siete semanas debido a la especulación de que el lanzamiento de futuros abriría las compuertas para que las grandes instituciones compraran criptoactivos.

Además, cada una de los otras altcoins, independientemente de su historia fundamental, se había recuperado hasta alcanzar máximos históricos en la primera semana de enero. La mayoría de los expertos salieron con objetivos de bitcoin de 50.000 dólares o más en ese momento.

La burbuja, sin embargo, fue pinchada apenas dos semanas después de enero por la represión regulatoria en China y Corea del Sur – dos de las mayores fuentes de demanda de criptomonedas en ese entonces.

¿Dónde estamos ahora?

Desde entonces, el mercado de bitcoins ha pasado por la «complacencia», la «ansiedad» y la «negación».

En esta interpretación, se podría argumentar que la etapa de negación duró cinco meses, ya que la repetida defensa de BTC de 6.000 dólares ofrecía la esperanza de que el mercado más amplio y las monedas alternativas con fundamentos sólidos recuperarían el terreno perdido antes de fin de año.

Esas esperanzas, sin embargo, se hicieron añicos cuando BTC se hundió por debajo de los 6.000 dólares el 14 de noviembre, empujando al mercado de bitcoins a la fase de «pánico», lo que provocó que los inversores buscaran una salida sin un precio mínimo a la vista.

Desde entonces, el precio de bitcoin ha caído casi un 50 por ciento desde los 6.000 dólares, operando a un precio promedio de 3.327 dólares, según los datos de CoinDesk en el momento de la redacción. Y lo que es más importante, el volumen de operaciones aumentó más de un 30 por ciento intermensual en noviembre. Este alto volumen de ventas probablemente indica que muchas manos débiles han abandonado el mercado.

El argumento para que la capitulación no se haya establecido todavía es que se trata generalmente de un único evento de venta extremo, de corta duración, pero respaldado por un aumento en el volumen de ventas y el subsiguiente volumen de compras.

Tan reciente como el 1 de noviembre, bitcoin sufrió precisamente eso y parece que el pánico sigue siendo el candidato más probable para la etapa actual de bitcoin en su ciclo de mercado, al menos hasta que una ruptura por debajo del nivel psicológico de precios de 3.000 dólares incite a la capitulación.

¿Qué es lo siguiente?

El resultado de la capitulación es un largo período de acción lateral de los precios y la miseria sentida por los inversores.

Así que esto nos deja estudiando el ciclo del mercado después de las recientes caídas violentas de los precios, buscando indicios visuales de un «final» (bottoming out) de la tendencia bajista actual.

Y al examinar los diferentes ciclos es seguro asumir que bitcoin está cerca, pero no del todo.

Gráfico semanal

La primera etapa después de la capitulación es la «ira», cuando los inversionistas buscan alguna razón para las horribles pérdidas que acaban de experimentar.

Por último, la realidad se instala para los inversores que luego pasan de sentir enojo a «depresión» en cuanto al estado financiero en el que se encuentran y es entonces cuando el precio toca fondo.

Cuando toda la esperanza en el mercado se pierde a los ojos del público, el mercado comienza a captar ofertas de forma discreta. En esta etapa, los inversores han sido golpeados emocionalmente hasta el punto de que no creerán que ningún rally de aquí en adelante pueda ser sostenible.

Aunque puede ser difícil de entender, este punto de lo que parece ser un desastre total puede ser visto como el punto de máxima oportunidad financiera y mínimo riesgo. Con todos los vendedores ya fuera del mercado, la acumulación a precios irrisoriamente bajos puede comenzar, lo que eventualmente proporciona la energía para el inicio del siguiente ciclo de mercado.

Como dijo el multimillonario inversionista Warren Buffett, «ten miedo cuando otros son codiciosos y codicioso cuando otros son temerosos«.